sábado, marzo 19, 2005

La boda del año toma 1.

Bueno bueno bueno, tu y yo lo sabíamos... iba a ser el acontecimiento del año, y para traer novedades importantes desde este capítulo habrá fotos, para que haya constancia de las cosas....

Comenzaremos por un poco antes del principio de la boda. Mis niñas jugaban, y allí estaba yo, trajeado impecable, para dirigirlas en el encuentro, de lo ocurrido en el partido, el pre y el postmismo ya hablaré en otra ocasión. Tan sólo comentar que perdimos despues de ir ganando casi todo el partido.

A partir de aqui la historia ya es conocida para la gente, puesto que lo contado Little Bob.

Nada más acabar el partido, reparto de gente a los coches. Unos al Rover Blanco de la escudería, y mi hermana, el susodicho Little y yo al Renault azul, abuelo del coche de Fernando Alonso. Unos corrieron, y otros más, tanto que nosotros marcamos vuelta rápida para aparcar en la misma puerta del recinto.

El recinto es una bonita imitación de castillo, sin ningún tipo de defensas.... vamos que hasta una panda de goblins naranjas, podrían asaltarlo sin problemas... pero que para una boda como que da el pego, ya que se puede vacilar mucho... y es que ya se sabe, casarse en un castillo da mucho glamour.



La ceremonia más larga de lo habitual, con unas chicas tocando unos instrumentos (desafinados según el bardo del grupo) de cuerda y con unos poemas de Benedetti recitados por el oficiante, un simpático concejal del ayuntamiento.

Aún sin terminar el protocolo, los primeros espectadores se marcharon porque veían que el partido acababa en empate, y querían preparar los instrumentos con los que mostrar su queja.

Uno que ya ha visto tirar muchas cosas en las bodas (hasta pienso de gato) reconoce que se asusto. Sólo faltaba el repartidor del Caprabo dando paquetitos de a quilo, mare mía mare.... Todo el mundo con su paquetito de quilo, y la mayoría con la camara en ristre para que quede muestra de sus actos de guerra.

Y es que no sé que tiene el arroz (mezclado con alubias y lentejas en este caso) que es como conducir. Envilece y embrutece. La gente tira a mala hostía. A los ojos, apuntale a los ojos Paco... En este caso, la gente apuntaba al brazo vendado del novio (el deporte es malo para la salud, pero malo malo...) y una vez pasado el primer instinto criminal.... a echarle puñados por el cuello para que caigan por la espalda.... Si es que luego dicen de los roleros... pero eso es.... una... no tengo palabras.

Acabada la sesión de fotos posterior, y limpiado el foso del castillo para futuras bodas, tocaba replegarse. La consigna era clara. Ponerse cerca de la salida de camareros para arramplar con los canapés y las bebidas. El equipo se portó como se portan los grandes equipos en las grandes ocasiones. Con ganas, ilusión y luchando por cada pedazo de queso y jamón que pasaba por allí. Lo de las cañas era otra cuestión, ya que la cabeza de la mayoría se encontraba ya en los vinos y la barra libre de despues, donde el equipo daría otro recital, pero eso es posterior.

Se acabó el cocktail, y a sentarse. Lo normal es que despues de un rato en la sala, los camareros me conozcan. Allí hay uno que se bebe hasta el blanco y el tinto a la vez. Sí quien. Ese el cangrejito.

Aqui no. Aqui me buscaron ellos. Por favor, Bucci quien es? Todos que se girán a mí, y yo con cara de no haber roto un plato. Yo, pero aún no he roto nada. Es por saber a quien no hay que ponerle marisco.

Ah, vale, vale. Si es por eso. Lo bueno en estos casos, es que como ya te conocen, pues como que hay confianza y empiezas a pedir, y te echan más y esas cosas, que ya se sabe que en las bodas hay que comer mucho y bien, porque las mezclas de despues no son buenas.

Y es que ya se sabe, la gente mezcla canapes, ensalada de bogavante, solomillos, un helado (SIN TARTA, una boda sin tarta, donde coño se ha visto eso.....) y cuando se quiere dar cuenta pasados los vinos, el licorcito (ese patxaran), el cafe y el puro... los colores no son los más adecuados. Y es que ya se sabe... a uno le encanta que los planes salgan bien, como a Hannibal.



Colores que se irían diluyendo con el alcohol de la bara libre, donde el equipo dio el dó de pecho como algún escotazo de por allí. Unos bailaban, otros bebían, y otros tiraban fotos, para poder ver lo mal que se pusieron algunos. Y es que aunque algunos avisaron antes de la boda de que la barra libre había que reventarla y aprovecharla bien, había gente que no se lo creía.

No pondré fotos del equipo por respeto, pero baste decir que se supero con creces la expectativas. La gente iba, la gente venía al compás marcado por Paquito el Chocolatero, el nen de Castefa y las copas, muchas copas que por desgracia, y esa es una de las cosas malas que tiene el alcohol, se acabarón.

Sin copas y sin música se produjeron las primeras bajas, pero al contrario que en el resto de bodas familiares, aqui si hubo fiesta despues. Y como dice el dicho.... No diga fiesta, diga Bucci... para allá que fuimos el little y yo de refuerzos tras dejar a mi hermana en casa.



El garito de despues era como las pelis de acción. Fácilmente describible. En unas hay hostías, un secundario gracioso (de raza negra, hispano o asiático) que muere a los veinte minutos y que hace que se desate la furía del prota, y una rubia buenorra (en algunos casos morena) que se acaba liando con el prota en algún momento de la peli.

Pues el garito era igual. Oscuro, con música y muchas copas. Como son todos los garitos. Incluso tenía camareras buenorras, y el tío pesao que no hacía más que decir: "Mira que gachi... mira que gachi... saca el pico, la pala y el casco con linterna...., pero mira que gachi". En fin...

Pasado el momento pelma había que hacerse fuertes en la barra, justo cuando el cansancio hizo mella en muchos de los miembros del grupo, que empezaron a sentarse. Bien para charlar, o bien para observar el duro pulso que una fornida mujer del norte me obligo a echar.

No dire nada sobre el resultado del pulso, sólo que Stallone en su película Yo, el Halcón no decía nada de lo duro que es el tema. Que dolor de brazos.

Pocas cosas más pasaron por la noche... A las dos y media la mayoría de la gente se marcho a su casa, y los supervivientes de la noche, nos quedamos a mantener viva el alma de una noche que empezo con una gran fiesta.

Una canción: Supervivientes de la noche (Riki Lopez)

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