El origen. Los principios que no fueron por mucho que todos pensemos algo parecido a "Estais en una taberna y ....". Mis inicios en el rol fueron de adolescente, entre granos de acné y los primeros meses de bachillerato. Antes, bastante antes, yo veía los catálogos de los juegos de NAC en el Corte Ingles y soñaba con disfrutar de alguno de ellos. Ya de mayor podría hacerlo, con La Fuga de Colditz, y la reedición de Devir. En mi mente infantil donde el mayor juego de mesa conocido era aquel Imperio Cobra heredado de algún primo y aquel otro de CEFA, Alerta Roja, al que le faltaban también bastantes piezas, aquellos juegos de NAC con sus innumerables fichas me parecían un mundo increíble.
Llegaría la década de los 90, y ahí apareció mi amigo Iñaki para regalarme "El Señor de los Anillos Básico". Aquel libro de Joc Internacional (que veis en la imagen de debajo cortesía de
Play it again Sam) abrió un mundo nuevo y desde entonces nada sería lo mismo.
Al mes, y después de disfrutar en varias ocasiones de las aventuras por la Tierra Media, me embarqué en la búsqueda de un juego nuevo para disfrutar. Y así llego a mi estantería Ragnarok, y con el la lucha con la cordura y con lo paranormal. Mas tarde llegaron el Manual del Jugador de AD&D y unas fotocopias de Stormbringer, en los tiempos en los que los PDF no mataban el rol, lo hacían las madres con fotocopiadoras industriales.
Llegó el crimen del rol y lejos de disminuir el ritmo de juego, aquella primavera y aquel verano fueron posiblemente los momentos de mayor dedicación al rol. Teníamos tiempo, teníamos material y nos sobraban imaginación y mundos por explorar. Nuestras madres al contrario que las que salían en los programas de Tele5 y Antena3 veían como esa afición denostada tenía a sus hijos más tiempo en casa que antes y sin hacer nada extraño.
Al final recuperamos el ritmo habitual, y todos esos jugadores ocasionales regresaron a sus quehaceres, y el grupo rolero de los viernes por la tarde se redujo a apenas seis integrantes: Alfonso (q.e. p. d.), Vicente, Matías, Julio y Conde.
Ese fue el germen de mi afición. La misma que como las espadas en la forja ha contribuido a ser como soy, Con esa afición pude explorar miles de planetas, selvas vírgenes, derrotar algún dragón que otro, conquistar países, destruir alianzas, acabar con odios ancestrales, sobrevivir a horrores inimaginables, a varios apocalipsis y especialmente a un malvado baatezu.
La vida es maravillosa, pero resultó ser más maravillosa cuando pude vivir mil vidas diferentes, y en todas acompañado por mis amigos.
Estaba escuchando: La del pirata cojo (Joaquin Sabina)
He visto: TNA Bound for Glory 2013
Leyendo: Yo, mi, me, conmigo (David Saffier)