Segundo intento por hoy. El primero se ha perdido en el ciberespacio. Normal, despues del paseo por el zoo. Observando animales encerrados, alejados de su habitat natural. Todavía alguien dirá que eso es beneficioso para ellos. Claro que eso es porque no ha tenido las ideas que tenía yo mientras observaba a dos cafres tirando cacahuetes a dos oso durmiendo.
Mi mente castigada por el sol y la caminata, se ha dejado llevar por caminos sinuosos y se ha visto trasladada a otro zoo. Un zoo muy extraño. Yo dejaba de ser el espectador para convertirme en el observado. Una pléyade de cachorros, desde osos hasta elefantes, pasando por koalas y rinocerontes, se agolpaban ante mi jaula. Ante ella un letrero. Animal casi extinguido. Se hacían llamar inteligentes.
Y es que el hombre es el único animal que pelea contra si mismo por causas que sólo le dicta aquello que le hace diferente del resto de seres de este planeta: La palabra, la razón y la inteligencia.
En fin. Hoy no hay libro, sólo canción. Tristemente en consonancia con los sucesos de ayer en Navarra. Como dice Carlos en los conciertos antes de cantarla: "Pensé que llegaríamos a conseguir acabar con esa plaga. Algún día lo lograremos. Algún día podré dejar de cantar canciones como esta".
La canción es Una lluvía violenta y salvaje
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