Despues de estar unos días quejandome de que no sabía que hacer con mi tiempo ahora resulta que ando bastante escasito de él, pero bueno ya llegarán tiempos mejores.
De hecho, no he tenido tiempo de contestar a las cinco del viernes, y es que estos días he estado un poco de arriba pabajo sin descansar.
El viernes por la tarde noche estuve currando y otro problema informático me retuvo hasta las mil. El sábado, más despacito y tranquilo, entrenando a los niños y despues a prepararse para el partido de baloncesto y despues para la cena de los colegas y del equipo de colegas.
El baloncesto... bien gracias. Y la cena... gracias bien. Ausencias de última hora y de primera fila. Supongo que es por mi forma de ser, de buscar los detalles, de intentar contentar a todo el mundo pero el caso es que al final el que menos disfruta las cenas y las salidas soy yo.
Siempre he pensado que la salsa de la vida está en las cosas pequeñas. La comida más exquisita del mundo no sirve de nada si no tienes una compañia acorde, y visitar un monumento esplendido sólo no tiene mayor placer que el estético. Al final, uno acaba quedándose con la sonrisa de la chica que te cruzas por las mañanas, con los ojos del niño aquel del vagón o con aquel trenecito que te regalaron por tu cumpleaños.
Sigamos con el domingo, aunque ya lo empezamos con la cena, las copas, mis zapatillas, para ir al partido de mis niños. No hay mucho que decir, perdimos, nos dieron de hostías, y uno de mis chicos tiene un dedo roto.
Aunque más que el dolor físico, me dolió más ver a uno de ellos llorar. Más que por la derrota supongo, por la sensación de impotencia que les produjo el recibir tantas leches.
Bueno, pues de ahí corriendo a jugar con mis colegas, el que posiblemente fuese el partido más importante del año. No tenemos pretensiones de ganar la Liga ni nada parecido, siendo como somos calvos como Zidane, gordos como Ronaldo y más feos que Ronaldinho. El caso importante es que jugabamos contra gente del mismo colegio y la mayora amigos.
No estoy fomentando la competitividad, ni los malos rollos, ni siquiera los tópicos piques de bar, porque esto es un juego, no importa ganar o perder porque de lo que se trata es de pasar el rato, hacer un poco de deporte, combatir las lorzas....
Y una m. Ganamos.
Así que podemos pasar tranquilos por el cole y por el bar, ya que no tendremos que aguantar comentarios ni pullitas... aix que bien sientan las victorias. Por lo demás, después me fui a ver regalitos para mí, y me acoste prontito que hoy iba a ser millonario.
P.S. Este post no esta escrito por un millonario.
Una canción: Summer of 69 (Bryan Adams)
Anoche ví: Snatch cerdos y diamantes
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