Definitivamente, no hay nada mejor para empezar la semana que no dormir por culpa del dolor de la pierna y del reloj del salón. Por eso, y dada mi cómica manera de caminar, arrastrando la pierna derecha, hoy he querido prescindir de bajar los catorce escalones que separan mi primer piso de la calle y bajar en el ascensor. De la forma más tonta he tenido la primera bronca de la semana. A las 7:38 minutos.
Mis vecinos son gente simpática en su mayoría. Algo secos pero buena gente, en especial los más nuevos y jovenes. Los mayores son los más retrogrados, y desesperantes. Hoy me he cruzado con la típica clase señora emperifollada, repelente y desagradable.
Cuando ha parado el ascensor en la primera planta ha hecho intención de salir y se ha puesto a gritar, no hay vergüenza, esta no es la planta baja, no sé para que usas el ascensor para una sola planta, con lo joven que eres para poder bajar los escalones....
Hubiera sido un buen momento para bajarse los pantalones y enseñarla el hematoma del muslo y lo hinchado que estaba, porque como con razones no basta...
Una canción: Atrapados en el ascensor (Un pingüino en mi ascensor)
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