La Antonia está cuidada. Y mucho. Son muchos años como para no tenerla cuidada y mimada. Si quiere algún capricho se le da, si quiere crecer se le permite, y si quiere hablar, la dejo que se exprese. Antonia ha vivido momentos buenos, y otros no tan buenos, y otros aún mejores conmigo, como no le voy a permitir ciertos lujos.
Antonia ha estado mala esta semana, desde el jueves. Y yo por solidaridad me puse malo tambien. Si ella iba al baño yo iba con ella, si rugía, yo la acariciaba, intentando aliviarla, y cuando la fiebre la asaltó por la noche, yo la hice compañia.
Estos días ha estado sin apetito, y la pobre estaba triste y fofa, pero por suerte ya esta mejor, y ya podemos hacer lo que queramos otra vez.
Antonia es mi tripita, y juntos somos muy felices.
Una canción: Sabor de amor (Danza Invisible)
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