Pero llegó de verdad. Con su calorcito, con su gente yendose de vacaciones, con sus atascos en las carrteras, el vecino del quinto dos sombrillas más para allá... y ahora es cuando quedamos en Madrid los irreductibles, los pequeños galos de una pequeña aldea que resisten ante el empuje del gran invasor romano.
Disculpen, pero es que el calor me trastorna demasiado, y si le sumamos que me han sacado varios tubos de sangre pues..., no quiero ni contar.
Cosas interesantes de los últimos días... pues hoy es el cumple de mi hermana, sigo sin haber visto Batman y se acumula la guerra de los mundos. Ando escocido por los restos del calor en los pliegues de mi cuerpo, he añadido dos juegos de cartas a mi arsenal ludopata y no se me ocurre más.
Ah, sí. Estoy tratando de recuperarme de los efectos de un día entero al abrigo de un personaje peculiar, pero eso lo dejo para otro momento más tranquilo.
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