Detras de toda fiesta hay un algo de leyenda y de verdad...
En el siglo III d.C. el Imperio Romano atraviesa por una época de caos. Sexto Vario Avito Basiano, conocido por Heliogábalo, el último y abyectorepresentante de una dinastía de césares degenerados, muere asesinadoen una circunstancia tan desconcertante como fue su vida, en el año 222. Le sucede Marco Aurelio Severo Alejandro, incapaz de evitar que unos ocho años después los Partos rebasen el Limes oriental. Otros cinco años más tarde, en el 235, los Bárbaros, que intuyen la inestabilidad del Imperio, comienzan a lanzar salvajes ataques contra el Limes de Renania y el Danubio.
Entonces, los legionarios asesinan al emperador, proclamando nuevo César a Maximino "el Tracio": es el inicio de una era de tiranía militar. Siguen tiempos de penuria y terror para la civilización romana. Mientras los enemigos cruzan las fronteras para saquear las urbes y el agro, los generales conducen a sus legiones para luchar unos contra otros, en una continua guerra civil por la ambición del título de César, que ahora se arrienda por la espada.En África surge la revuelta que se expande al resto de las provincias; en estas, los artesanos se empobrecen abrumados por los desmesurados impuestos, abandonando las ciudades, y los campesinos optan por dejar las tierras de labor entregándose al bandidaje. Las calzadas se vuelven más peligrosas que nunca. Los Godos pasan el Danubio, y aunque Mesopotamia es reconquistada, los Germanos cruzan por el Rin. A mediados de siglo los Francos y Germanos lograrán llegar a las Galias e Hispania, a la vez que una gran brote de peste asola las provincias del imperio.
Los rituales de la iglesia cristiana son considerados los culpables de atraer la ira divina, causante de tantas desgracias, por lo que esta secta es acosada una, otra, y otra vez. Sus acólitos socavan la tierra para ocultarse, construyendo catacumbas como las de Domitila, mientras en la superficie se restaura el culto tradicional romano.La espiral de invasiones enemigas, enfrentamientos civiles y plagas de enfermedades termina por destruir el orden establecido, después de que en el 260 el emperador Valeriano sea derrotado y apresado por los Persas. Se crea una vacío de poder, apagándose la administración centralizada ycundiendo la anarquía. El Imperio se desintegra: el general Póstumo funda uno propio con las provincias occidentales, y la reina Zenobia de Palmira se rebela en las orientales.
Marco Aurelio Claudio II se proclama emperador en el 268, con la pretensión de terminar con el estado de postración en el que se encuentra Roma. Su primera intención es contener a los Bárbaros. Para devolver a las legiones su espíritu de lucha, entre otras disposiciones prohíbe contraer matrimonio a los legionarios, con el razonamiento de que cuando un guerrero posee una esposa e hijos se arriesgará menos en combate con el fin de mantenerles; y el Imperio necesita ahora de brazos decididos. Al año siguiente, Claudio toma el mando de las legiones para detener a una gran coalición de Godos, Hérulos, Gépidos y otros pueblos germanos en l valle de Morava, en los Balcanes.
En la decisiva y dramática batalla de Naissus los bárbaros están a punto dearrollar el frente latino cuando una legión les contraataca por la retaguardia, tal y como el emperador había planeado. Resultan muertos unos 50.000 Godos, por lo que Claudio se gana el sobrenombre de"el Gótico". Parece que las medidas del nuevo emperador han tenido éxito. Pero la secta de los cristianos, que predica el amor incruento, oficia nupcias a cualquiera de sus fieles que lo soliciten a un sacerdote. Por entonces entre los católicos cobra primacía la iglesia de Roma, siendo la de Palestina implacablemente hostigada. Los cristianos cuentan entre sus más devotos adeptos a los esclavos, los pobres y las clases sociales bajas.Uno de los sacerdotes principales católicos, un obispo llamado Valentín, decide que, además de seguir oficiando otros sacramentos litúrgicos, continuará consagrando bodas de legionarios, muchos de los cuales abrazan el cristianismo por esta razón, burlando así el decreto imperial que en la práctica les obliga a yuntarse sólo con prostitutas durante los mejores años de su vida, impidiéndoles tener una descendencia legítima.
El obispo es capturado, negándose a abjurar de su fe y dejar de efectuar enlaces religiosos entre amantes, siendo por ello sentenciado a muerte. El 14 de febrero del 270, Valentín es lapidado y decapitado; desde entonces los cristianos le evocan como santo protector de los enamorados.
Una canción: Tu corazón (Lena)
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