Un farol encendido. Una noche brumosa. La escena parece sacada del comienzo de El Exorcista. Un pitillo encendido. Las manos biene refugiadas en la cazadora. Poca cosa para amenizar la espera en ese aterrador frío.
Sacas la cartera. Revisas tickets, facturas, resguardos de VISA que no recuerdas haber pagado. Recortes de papel con telefonos sin nombre que a saber de quien son. Sigue haciendo frío, cada vez más frío.
La calle desierta. Ni un coche, ni un alma, ni un atisbo de esperanza para aliviar la espera. Los huesos helados. Frío, mucho frío.
Diez minutos más. Una figura femenina se acerca. Roza tus labios. Calor, demasíado calor.
Una canción: Maria (Modestía Aparte)
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