Y no sólo porque lloviese en la vispera como había presagiado el hombre del tiempo, sino porque el agasajado hojomeneado, o sea yo, no estuvo a la altura de las circunstancias.
Bueno, hagamos un repaso somero al día. El clima se puso a tono con mis gustos. Una mañana lluviosa de cielos grises y encapotados, preciosos y perfectos para ver, fotografiar y pasear. Mis niños no pudieron entrenar, pero se llevaron unos refrescos de invitación. A casita a comer para intentar redebutar. Primer error. Mi pierna no debía estar todo lo bien que se pensaba, porque me he vuelto a lesionar.
De ahí a casita, visita rápida que vinieron mis tíos antes de irme a ver al Estudiantes femenino. Gran partido, victoria de las chicas que les acerca a la salvación, y echarse unas risas que nunca viene mal.
Y del Magariños, a cenar algo y a la fiesta. Antonia, mi tripita, llevaba avisando desde el miércoles que no estaba muy bien, y decidió hacerse la protagonista en medio de la fiesta. No daré detalles, pero entre visitas al baño y vomitos, más la ayuda de mi muslo no disfruté como otras veces de la fiesta.
De cualquier modo y como siempre, lo mejor, encontrar a TODOS mis amigos allí bebiendo cerveza y pasándolo bien. Sólo por eso merece la pena cumplir años.
Una canción: Cosas de la Edad (Modestia Aparte)
El viernes ví: El último Samuraí
El viernes me terminé: El Caballero del Jubón Amarillo
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