He vuelto. Tampoco me había ido, pero estaba así como sin estar, en ese periodo en el que sólo abres la boca para cagarla, y la desidía, la desazón y la tristeza imperan en cada cosa que haces. Ese ahora en el que el más leve guijarro en el camino es un everest insalvable, y las horas caen lenta e inexorablemente en unos días que cada vez cuesta más trabajo llenar.
Al menos he arreglado algunas cosillas, he comprado mi regalo de San Valentín, y mañana empezaré una serie de visitas culturales por Madrid que se extenderán miércoles tras miércoles. Los interesados podéis dejar recado en los comentarios.
Mañana empieza un nuevo día y sólo hay que poner los pies en el camino. Como decía Bilbo "... es peligroso, Frodo, cruzar tu puerta, pones tu pié en el camino y si no cuidas tus pasos, nunca sabes a donde te pueden llevar..."
Una canción: Promesas que no valen nada (Los Piratas)
Estos días he visto: Infiltrado y Zatoichi
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