El tiempo se va sin que apenas nos demos cuenta y sin que nos de tiempo a disfrutar de él. Por la mañana quería haber ido a ver este partido pero si iba no podía jugar con mis amigos. Al final ni una cosa ni otra. No hemos jugado por la luvia, y para no ser menos tampoco han jugado mis niños. No se ha presentado el árbitro. Así que, compuesto y sin hacer nada, toda la tarde en ir y venir de un sitio a otro, de Aluche a Boadilla, perdiendonos en esa localidad, para estar esperando cincuenta minutos a un tio que no venía. Casi como una cita pero sin final feliz.
El viernes ví Te doy mis ojos, una pelicula altamente recomendable, cruda y real con dos actuaciones para enmarcar. Luis Tosar está inmenso con una cara de cabrón impresionante, pero el descubrimiento de la peli (al menos para mi) es Laia Marull. Absolutamente genial. Sobre todo en la primera escena, cuando rompe a llorar por ir en zapatillas.
Lo triste es, de todos modos, es que esas cosas sigan sucediendo. Que animales piensen que hay personas que son de su propiedad o se conviertan en un saco donde desahogar frustraciones y lamentos.
Una canción: Lo que ana ve (Revolver)
Anoche ví: Diablo
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