Esta semana hay partida. Retomamos la partida de los heroes de Taborda2burgo, que empezamos allá cuando era soltero, el año pasado :), y para que veais a que dedicamos algunas noches de viernes, os dejo la crónica de la primera aventura vivida por ellos
Tomad asiento en la taberna La Alforja vacía y oid lo que que el bardo tiene que contaros:
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Los heroes de Tabordadosburgo acaban con las hechizarañas
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Tomad asiento en la taberna La Alforja vacía y oid lo que que el bardo tiene que contaros:
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Los heroes de Tabordadosburgo acaban con las hechizarañas
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Cantad, reid, bebed y soñad. Acercaos al fuego y escuchar,
porque esta que ahora os voy a contar, es la historia de los héroes de
Tabordadosburgo. La heroica epopeya de los aventureros que libraron a nuestro
pueblo de una amenaza oscura y silenciosa.
Empinad la jarra y brindad por la salud de nuestros héroes.
Brindad por la autodenominada Compañía Blackbeer, formada por Rex Blackbeer el
enano, autoproclamado líder de la Compañía en un oscuro concurso de beber
cerveza. El enano venció a Ronaldiel, el elfo, por el liderazgo de un grupo del
que también formaban parte en su inicio Iriem, la clérigo de Perlod, que
iluminaba a su paso con la luz de su señor los corazones afligidos, devolviendo
la vida con sus plegarias y Elías, un simpático pícaro que a veces era ladrón,
en otras un bribón y en otras ni lo uno ni lo otro,.
Que no se acaben la cerveza en vuestras jarras, ni la comida
en vuestros cuencos que la historia es larga, y nuestros héroes llegaron a
Tabordadosburgo sin un glorioso pasado, labrado tras su contrato con la ciudad.
Eran días inciertos, con el suministro de caravanas alejado de aquí. Sin víveres,
sin reposición de bienes y con historias terribles de monstruos con poderes
mágicos, Tabordadosburgo se alejaba de su alegría para caer en las redes de la
desesperación
Bebed, bebed, que el cargamento de cerveza es nuevo, y aun
no se ha bañado en agua como el vino que bebía Ronaldiel, bebed y recordad como
nuestro bienamado Alcalde al que los dioses tengan en su seno, quiso zanjar los
rumores de la desaparición de las caravanas, desentrañar el misterio y
recuperar los bienes robados a las caravanas de mercaderes que convertían
nuestra villa en un enclave crucial. Una larga entrevista forjó en los salones del
ayuntamiento la Compañía autoproclamada Blackbeer y sus cuatro miembros
comenzaron prestos a investigar, a recabar información y a preparar su
incursión.
Bebed, comed, gastad, que en la Posada debéis dejar vuestras
monedas, a cambio de rica cerveza y buenas viandas, aderezadas por la historia
de nuestros héroes. Su camino se inicio en Tabordadosburgo. Preguntaron a los
supervivientes, viajaron a las granjas cercanas, y aturdidos asistían a una historia
que se enmarañaba cada vez más. Arañas y hechizos. Sortilegios entretejidos y
por ocho patas recorrido, el misterio se balanceaba ansioso por ser revelado. Todos
los supervivientes coincidían en aquella locura, las arañas hechizos lanzaban,
como un mago nada menos, y entretejidos sus destinos la Compañía Blackbeer se
iba uniendo.
Descansad y recordad, que la primera incursión no fue
satisfactoria. La Compañía Blackbeer tuvo que ser rescatada por uno de los
granjeros cercanos, inconscientes y malheridos, por las hechizarañas vencidos,
en su primera aproximación al misterio.
Reposad y rellenad vuestras jarras, que no había nada que
lamentar. Nuestros héroes un par de días pasaron en la posada, su descanso
repararon y los rumores confirmaron: las arañas hechizos lanzaron y con sus
mágicas artes derrotaron a nuestros héroes que listos estuvieron para un
segundo asalto, con aquel temible enemigo al que llamaron Hechizarañas.
Recuperad vuestro animo, estimado público que la compañía
Blackbeer, animados por nuestro alcalde, regresó a la caverna junto al bosque de
las arañas, conocedores de los peligros a lo que se enfrentaban, y bien
provistos se adentraron en las tenebrosas grutas, esquivando a las arañas
hechiceras y a sus secuaces goblin. Varios sujetos de ambas malignas especies
cayeron bajo las armas de los héroes que en su esfuerzo descubrieron los restos
de las caravanas. Todos los guardas fueron hallados muertos y sólo una
superviviente pudo ser liberada. Irina De Natale, la maga aprendiz se unía a la Compañía
Blackbeer.
Comed, y blandid vuestro cucharón, como Irina, que en uno
de los combates, sin poder recurrir a su magia y sin su daga, se convirtió en
“el azote del cucharón” convirtiendo aquel cacharro sacado de la cocina de los
goblins, en su nueva arma predilecta. A golpes de cuchara murieron no uno ni
dos, hasta tres malvados pieles verdes, para dejar camino libre a nuestros
héroes hacia horrores inesperados.
No temáis por nuestros héroes, que Elías cumplió con su cometido, explorando y
encontrando el mejor camino por las grutas, e Iriem, la sacerdotisa de Perlod,
bienvenida y bienhallada sea para siempre su luz, se encargó de recuperar al
grupo para adentrarse en un nivel más profundo de la caverna.
Sabed, noble público, que la Compañía Blackbeer se adentraba
en territorios más oscuros, con peligros aún mayores pero con la solidez de una
extraña amistad, la que se forjaba entre el elfo Ronaldiel, el del arco certero
y la espada susurrante, y el ruidoso enano Rex Blackbeer, el autoproclamado
líder, de hacha amenazante, verborrea fácil y un saque aún mayor que el de toda
esta taberna junta.
Bebed, aprovechad que no está nuestro héroe enano, y
disfrutad de su incursión en los más hondos recovecos de aquella cueva. Revivid
el terror de aquella araña hechicera, que intentó controlar a nuestros héroes,
para ser derrotada entre cucharones, flechas y golpes de hacha. Un largo y
peligroso camino aguardaba a nuestros héroes, que tras derrotar a dos arañas
hechiceras, una patrulla de goblins, y una araña gigantesca, se encontraron con
un horror para el que no estaban preparados.
Yaced, yaced, como yacía la “señora”, como rezaba el sello
de la puerta que conducía al más grande de los horrores que allí encontrarían.
Más dejadme que os cuente, como me lo contaron ellos, como la luz de Perlod
acabó con los esqueletos que custodiaban un impío mural, de una araña de
proporciones ciclópeas, que lideraba patrullas de goblins, arañas gigantes y
una horda de hombres arañas, que salían de un bosque y de una montaña
solitaria.
Aguardad, que la historia llega a su fin. Nuestros héroes su
valor recobraron y hasta el ara de aquel templo impío llegaron, despertando a
la señora y a su vil cohorte. Goblins, arañas hechiceras, esqueletos, toda
suerte de viles horrores escoltaban a la señora, la araña más grande y terrible
que ni en sus sueños pudieron imaginar.
Imaginad, soñad, y aún así cortos os quedaréis. Así de
cruenta y difícil fue la última contienda. La señora doblegó voluntades de
nuestros héroes, salvados por la luz de Perlod, el compañerismo y la promesa de
una recompensa que nuestra villa les daría al terminar el trabajo. La Señora
desplegó todas sus armas, lanzo grandes cantidades de su red, usó todos sus
conjuros para infringir grandes cantidades de daño a nuestros héroes, que
finalmente y cuando el desenlace se veía perdido, asestaron el golpe de gracia
a su enemigo.
Reid y aplaudid. Vitoread, Pues bien merecido lo tienen
nuestros héroes, que tras regresar a Tabordadosburgo volvieron después a sus
quehaceres, no sin antes ser tratados como lo que son, los héroes de esta
villa.
Aclamad a Rex Blackbeer, quien tras vencer a la señora se
ganó una bien merecida fama de borracho y pendenciero, en todas las tabernas en
un radio de 20 kilometros a la redonda.
Honrad a Ronaldiel, que regresó a su tierra para alertar a
los reinos de los elfos de los peligros que suponían las nuevas arañas con
poderes mágicos
Alabad a Elías, que se mantuvo en esa posición indefinida.
Si bien unos días era un poco ladrón, al otro se convertía en un picaro, pasado
el tiempo parecía un bribón, en otros no parecía ni una, ni otra, ni cualquier
cosa.
Escuchad a Iriem, la sacerdotisa de Perlod que extendió la
luz de su señor durante su viaje por Marvalar, estudiando aquel intrincado
libro que encontraron en la caverna, en el que se describía aquel culto extraño
que hablaba de arañas con poderes mágicos, extraños rituales iniciáticos, una
profecía que indicaba un gran peligro para el mundo con la llegada de la “Gran
Diosa, la Reina Araña”.
Honrad a la adorable Irina, la pija aprendiz de mago,
terminó su viaje a Robleda, para ingresar en la mejor escuela de magia, que el
dinero de su padre, el aclamado mercader Antonio de Natale pudo costear.
Alabadlos, jaleadlos, pues estos son los integrantes de la
autodenominada Compañía Blackbeer, los héroes de Tabordadosburgo, los que
libraron nuestra villa de los peligros. Recordad la fiesta que les
proporcionamos hace unas semanas, para festejar el aniversario de su gesta, los
regalos que allí les entregamos, antes de su partida hacia el Monte Athrof,
para vivir aventuras que serán cantadas en otra ocasión.
Levantad vuestras jarras y brindad por el futuro y por las
gestas de la Compañía Blackbeer.