La crónica de la boda y las respuestas a las preguntas planteadas. El lado femenino de mi familia terminó más atacado aún, y el bolso como era de esperar resulto pequeño. Así que además de la camara y el periódico, mi padre y un servidor tuvimos que cargar con muchas cosas, que no desvelaremos para mantener un poco la intimidad de la familia, aunque como primicia revelaremos que había un espejo y material diverso de pintura.
En las bodas tradicionales, la novia llega tarde y se la espera. ¿Por qué? Ni idea, pero en las bodas civiles es más divertido. Te toca esperar al juez. Y es que ya se sabe lo dificil que es tener a un funcionario detras de la ventanilla. Resultado: Quince minutos esperando al juez.
Para cuando el juez llega, el fotografo le ha preparado el terreno, realiza la sesión de fotos, circunstancia aprovechada por mi hermana para robar las fotos. (Alma de paparazzi. Y no, yo no hice fotos, que no estaba de servicio).
A todo esto el juez llega, se interna por la banda, dribla a uno, a otro, lee de carrerilla el articulo 66,67 y 68 del Codigo Civil (supongo que el 69 lo tendrán que descubrir los novios sólos) y les mete un gol por la escuadra con el consentimiento de ambos.
Risas, aplausos, besos, y..... por favor señores novios dense prisa en salir que nos quedan diez bodas y a las dos cerramos. Hora: 13:25. (Ideas para negocio: Boda Express)
Los novios que salen por la puerta, y se les tira el arroz. Lo tradicional no? Mi familia que es más simpatica y borrica que ninguna deciden tirar el arroz sin sacar del envoltorio, atizandole a un novio de otra boda que pasaba por allí. En fin. Corriendo al bus que no llegamos a la comida. Allí todo muy bonito, muy rico... en especial el pan.
Mi primer plato fue pan, ya que no tenían nada para sustituir los langostinos. Pan sólo, pan con mahonesa y pan con salsa rosa o cocktail. El menu de los campeones. Como recordareís mi padre y yo (cuestiones de herencia, yo quería un piso pero mi padre prefirió dejarme alergia al marisco, nadie es perfecto) tenemos alergia al marisco, asi que no comí. Primera persona singular, porque mi padre si comió y por la noche se encontraba fatal debido al ataque del langostinoi cabreado.
Al menos el camarero estuvo al quite y me puso dos solomillos, que unido a una buena tarta y helado terminó por completar una comida aceptable.
Y para completar la sobremesa, unas copas y conocer a mis prim@s. A la mayoría hacía unos diez años que no los veía así que era como encontrarse con un desconocido.
Momentos graciosos:
· Uno de mis primos se acerca y me dice: Tu ibas el sábado en el autobus en el último asiento ¿verdad?. Supe que eras tú pero no te dije nada.
· Una prima se acerca y me dice: "Hay que ver como has cambiado desde la última vez que te ví". Contestación. "Suele pasar, en nueve años la gente cambia mucho. Antes tenía acné y ahora perilla". Mi tía quiso matarme con la mirada....
Y así, uno tras otro, llegando al punto culminante con no invitarnos a mi hermana y a mí a salir por la noche. A mi me daba lo mismo porque ya tenía planes pero...
Eso me recuerda y ya termino, que el roce hace el cariño y a pesar de los lazos de sangre, el cariño se logra compartiendo cosas, buenos y malos momentos, por eso mi familia son mis amigos. El resto son conocidos.
P.D. Antes de que pregunten, no presto dinero a familia. A amigos tampoco. Los veo cada nueve años.
Una canción: Dile al sol (La oreja de Van Gogh)
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