He encontrado un pedacito de mí yo disperso. El muy ladino se había escondido debajo de la mesa del ordenador, entre pelusillas y restos de papeles, notas, algun cd. Ahí le he puesto, entre el sobaco y el corazón. Aún me quedan unos cuantos pedazos por reunir, y conseguir que mi cuerpo deje de estar al trasluz.
Hoy lo he notado en esa forma que tiene el frío de clavarse en los huesos, en las miradas de la gente atravesándome... No es que me importe demasiado que la gente no repare en mí, ni que me ignore, pendiente de lo que hay detrás de mí.
Habrá sido aquella mirada que no iba dirigida a mí, ni a nadie más, en aquel solitario paseo, la que me ha hecho darme cuenta de las piezas que me faltan.
Una canción: Papa cuentame otra vez (Ismael Serrano)
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