Tenía pensado escribir sobre mis frustadas clases de arte de hoy, mi visita al Prado y al Thyssen, se me escapo el Reina Sofía, el arte corría más que yo... sobre las excelencias de la comida de Dioni, la alergia primaveral, las guiris sin ropa interior y el Madrid gruyere pero... he recibido un mail (el primer mail de un lector que ilusión :P) de un ex compañero de cole que ha encontrado este cajón en la red y preguntaba el hombre que si me acordaba de él.
Por suerte o por desgracia tengo buena memoria, y de un compañero de clase durante 12 años y de equipo durante la mitad más o menos, pues claro que le recuerdo. Si alguien pasa por aqui desde los primeros días de este cajón, recordará que hace un año aproximadamente, se celebró la primera reunión para formar una asociación de antiguos alumnos.
Como ya expresé hace un año, lo de la asociación tenía un tufillo a politiqueo muy grande, más que las posibilidades de hacer cosas, que haberlas haylas y muy grandes, que el colegio está muy desaprovechado en todos los aspectos.
Podría ser un referente, aún más, ya que se quiera o no con decir su nombre basta para abrir algunas puertas, en el barrio, pero al estilo de los borbones, se acaba perdiendo en su endogamia, en sus intentos de permanecer cerrado y dejar de lado a los que se quedan sin entrar.
A pesar de las reservas, y de mi desconfianza este sábado acudiré a la segunda reunión. No por el ánimo de ver si superan mi desconfianza, sino por ver a los viejos amigos que aparezcan. Viejos amigos como el que escribio el mail y que me decía, cito textualmente y espero que no le importe, "es que me ha traído recuerdos que creía borrados (cuando hablas de tu equipo de fútbol, del kiosko de julián, etc). Ha sido reconfortante saber que algunas cosas siguen igual, aunque yo ya no sea partícipe de ellas."
La puerta está abierta. Entre sin llamar.
Una canción: Barrio (La caja de pandora)
No hay comentarios:
Publicar un comentario