miércoles, diciembre 31, 2003

Los cuartos... y las campanadas...

25 minutos para acabar el año. Acabo de dar cuenta de unos interesantes esparragos, y unos filetes, además de unos canapes y unas cuantas cosillas más. Las cenas de Nochevieja no son más que una cena cualquiera. A mi diabetes, se suma una alergía al marisco que límita mi radio de acción.

Lo normal en estas fechas es hacer balances, listas de buenos propositos y cositas que quieres cambiar.

Yo no he hecho ni una cosa, ni otra, ni la de más allá. El que quiera cambiar que cambie. El que busque nuevos horizontes que los encuentre, y el que quiera seguir dándose de cabezazos contra la pared que siga haciéndolo, que cada cual es libre y sabe mejor que nadie lo que mejor le va a él y a su cuerpo.

Y aunque parezca un poco borde o triste, que últimamente a todos les da por pensar que estoy o triste o cabreado, no lo es. Porque escondido entre estas letras hay un deseo de felicidad para todos, que 366 días son muchos días, y por las noches seguirán saliendo las estrellas.

Me quito de en medio ya. Recordad, primero suena el carrillón, luego los cuartos que suenan tal que DIN DON DIN DON DIN DON DIN DON, ( y son cuatro por eso el nombre de cuartos) y por último las camapanadas, doce, una por cada uva.. y al final pedid un deseo.

DONG
DONG
DONG
DONG
DONG
DONG
DONG
DONG
DONG
DONG
DONG
DONG

Recordad, unas veces se cumple el deseo y otras no, pero lo bonito es soñar, que para que el deseo no sea lo que uno espera ya se basta él sólo.

Feliz 2004.

Una canción: Un año más (Mecano)
El sábado ví: El retorno del Rey

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